¿Y las desaparecidas?



LADO A: La NO “Leyenda Negra”…

Una nota, advierto que no es mi intención hacerla por lo que en estos días ha significado la "valoración" de las mujeres por ser marzo como todos los años. Esto que señalo lo hago a destiempo y para siempre.

Todavía desde los 90s hasta la fecha sigue habiendo desaparecidas en Cd. Juárez. Son alrededor de dos mil mujeres, jovencitas y niñas, algunas ya encontradas sin vida, otras nunca se supo. Desde 1997, los familiares de esas víctimas pidieron al Congreso de la Nación actuar al respecto. En el 2001, sin tantas redes sociales, cinco mil personas firmaron una carta al Presidente Fox. En ese entonces ya habían pasado ocho años de indiferencia y silencio.  El tema de las desaparecidas es uno que incomoda, cala y hiere. Hablar de desaparecidas es hablar de lo que “ya pasó” para la mayoría de los mexicanos que hace muchos años veíamos la noticia en los encabezados. Ahora las desaparecidas son vinculadas o relacionadas a actos de narcotráfico, a cualquier chica linda del país “la pueden levantar”. Sin embargo, las desaparecidas de Juárez continúan. En 2013, el Gobierno de Chihuahua entregó datos a la Cámara de Diputados Federal: 2008, 326 desapariciones; 2009, 259 desapariciones; 2010, 387 desapariciones; 2011, 330 desapariciones; 2012, 390 desapariciones y durante el 2013 ya eran 126. Del 2014 no pude encontrar cifras aún.  ¿Por qué no se hace ruido?

La Asociación “Por Nuestras Hijas de Regreso a Casa”, conformada por familiares y activistas, ha recibido amenazas y represalias, sus miembros (casi en su mayoría mujeres) han recibido golpes en plena calle y han sido vigiladas desde el 2001. Como consecuencia su eco ha sido menor. Ésta organización ha llevado ya siete peticiones ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Actualmente, una gran cantidad de integrantes de esa y muchas otras ONGs viven en los Estados Unidos en calidad de refugiados, víctimas por ser la voz de las fantasmas, de las que el gobierno no desea reconocer. ¿Quién amenaza? ¿A quiénes encubre el gobierno?

Quizás, desafortunadamente, la lucha para reclamar justicia por las desaparecidas y muertas de Juárez, ha caído del lado del tema de la violencia de género. Digo desafortunadamente (aunque SÍ es violencia de género), pues no le veo otra explicación para ver en retrospectiva todo el esfuerzo fallido y la dedicación de grupos civiles para lograr la atención de las autoridades. Lograr ser visibles, mantener el grito, la causa, el recuerdo de tantas mujeres amadas y extrañadas. Las autoridades nunca han hecho nada. Cómodamente para el gobierno, tipificar un reclamo como parte de un sector “menor”, en desventaja, hace más fácil aislar las protestas, mantenerlas sectorizadas. No todos abogan por el mismo dolor, la causa aunque atraiga simpatizantes, no es una que todos elijan. Pero no es una causa, es la muerte, es el vacío. Es perder a un ser humano que fue madre, hermana, hija, esposa. Es violencia hacia un ser humano. La violencia en México ha desaparecido miles de ciudadanos. La violencia nos ha marcado y despertado la vulnerabilidad a todos. Todos estamos desprotegidos. Pero, ¿y ellas, las desaparecidas de Juárez? ¿Y las del Estado de México, Veracruz y Tamaulipas? Cientos de ellas ¿Las incluimos? ¿Y si no fuera solamente violencia de género, saldríamos a la calle a contarlas? ¿Ya perdimos la cuenta? ¿Qué sienten las madres y padres de ellas, las que no están en ningún conteo de ninguna marcha?

A principios del 2015, un grupo de mujeres (con sus niños) de la Red Mesa de Mujeres de Cd. Juárez, salieron a reclamar por la desaparecidas de Juárez al Presidente Peña Nieto. Al grupo se unieron militantes de Morena. Error. La protesta terminó en una valla humana rodeada de federales que no trascendió. Estrategia. ¿Es lo que el gobierno quería?

El alcalde de Juárez, Enrique Serrano, dijo hace dos días en el marco de la conmemoración del día de la mujer que las desapariciones y feminicidios de su ciudad constituyen una “leyenda negra”. Ellas, las desaparecidas y asesinadas en Juárez  son el tema perturbador para cualquier gobernante, en él caben los funcionarios cómplices que no han hecho nada al respecto, que han querido hacerlo un caso cerrado.

LADO B: Justicia


No olvidemos nunca, nadie: Ayotzinapa. Es “la gota que derrama el vaso”. Sí, el #Yamecansé. Los desaparecidos, los 43, no deben de desaparecer de la consigna de la justicia, de la memoria, de la lucha. Si así fuere, si quedan para la historia, si quedan en el pasado, como innumerables otros casos, entonces habremos de acostumbrarnos todos en cualquier lugar del país y esperar hasta que le toque a alguien cercano a nosotros, alguien muy cerquita, alguien que no imaginamos y que habremos de gritar su nombre en el silencio de la impotencia.

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